El centro norte de Italia guarda uno de los mejores secretos del país. La Toscana es una de las regiones con encanto que mejor guarda la esencia italiana. El estilo de vida, la gastronomía, los paisajes idílicos y los pueblos de postal. Esto es en parte el gran valor que ver en la Toscana italiana. Una región que, al igual que Castilla en España, alberga historia y patrimonio. Tanto que es difícil abarcarlo todo en una semana. Al menos yo me quedé con ganas de más, la excusa perfecta para volver.
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Mapa de una ruta con encanto por la Toscana
En mi visita a Toscana opté por centrarme en la Toscana más rural. Dejando de lado su capital, Florencia, ciudad que ya había visitado. Está claro que Florencia es una visita obligada, pero quería adentrarme en la esencia Toscana. Aquí va un mapa de pueblos que ver en la Toscana italiana:
¿Qué lugares abarca la Toscana italiana?
Además de su capital, Florencia, ciudades importantes como Pisa y Sienna también forman la Toscana. Las tres declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. También son patrimonio mundial alguno de sus pueblos (San Gimignano y Pienza) y el Valle del Orcia.
Precisamente en este valle establecí campamento base para mi ruta por la Toscana italiana en coche. La región tiene, además, una larga costa con playas bañadas por el Mediterráneo. Además de un archipiélago toscano con siete islas. Y en su interior, numerosas termas naturales públicas y privadas ideales para un baño caliente.
Termas de San Filippo.
Pueblos que ver en la Toscana italiana
Alrededor de Siena, concretamente al sur, se encuentra el Valle del Orcia. Una zona en la que acercarse de lleno a la esencia de la Toscana italiana. Recorriendo en coche esta región encontrarás pueblos en enclaves estratégicos que llaman la atención desde la distancia. Sobresalen en un paisaje de cipreses y coloridos campos como oasis cargados de patrimonio cultural.
Entre los pueblos que ver en esta parte de Toscana destacan San Quirico de Orcia, Bagno Vignoni, Montalcino, Pienza y Montepulciano. Este último es uno de los imprescindibles para los amantes de los buenos vinos. Bagno Vignoni cuenta con unas termas naturales de libre acceso perfectas para un baño en aguas templadas. No muy lejos tienes otra opción de termas gratis más amplias, las de San Filippo.
Bagno Vignoni, Toscana.
Catedral de Montalcino.
Vistas desde Montepulciano.
Cerca se encuentra uno de los hoteles más lujosos de toda Italia, un remanso de paz para las ‘celebrities’. Rosewood Castiglion del Bosco (pincha para ver más) es uno de esos hoteles que ha elevado la simplicidad toscana al gran lujo, solo al alcance de unos pocos.
Una simplicidad y calidad de vida que también puedes encontrar en los numerosos agroturismos, muy recomendables para pasar la noche. O al menos, degustar la gastronomía típica de la región, con increíbles aceites de oliva y aroma a albahaca fresca.
Busca uno de los perfectos agroturismos en Toscana con este enlace
Los pueblos más visitados
En la ruta no pueden faltar algunos de los pueblos imprescindibles que ver en la Toscana italiana. Son los que más se visitan, por lo que las aglomeraciones son importantes. Pero merecen la pena por su gran patrimonio. Estos son San Gimignano y Volterra. Los edificios de San Gimignano le hicieron ganar su fama del ‘Nueva York medieval’.
San Gimignano, Toscana italiana.
Disfrutando de Volterra.
¿Y las playas de Toscana?
Para complementar las numerosas visitas a los pueblos toscanos, qué mejor que acercarse a su costa para saborear sus playas. Una de las más cuidadas, aunque para llegar hay una buena caminata, es Cala Violina. Se encuentra al sur de la ciudad costera de Follonica. En verano, está repleta de sombrillas, ya que se trata de una de las mejores de la zona. Con aguas cristalinas y enclavada en una zona natural, cuenta con merendero a la sombra para los amantes de los picnics.
Playa de Cala Violina.
En definitiva, si quieres saber qué ver en la Toscana italiana, te podría decir que todo tiene su encanto. Es difícil pasar conduciendo por sus pueblos y no querer parar para dar una vuelta por sus cascos históricos. Ver su gente y sus costumbres, degustar sus vinos y probar los productos de la huerta local. Una visita muy recomendable por el idilio toscano.