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El Nido y mi noche más mágica en Filipinas

Llevaba casi un año ya viviendo en Filipinas y no, no había ido a Palawan. Lo bueno se hace esperar, pero por fin llegó la hora de comprar billetes para El Nido. Han sido muchos mis viajes en solitario por Filipinas y, esta vez, no iba a ser uno de ellos. Tenía visita, tres de mis amigos venían a conocer el país y yo, encantado de recibirlos. Por supuesto, El Nido formaba parte del viaje ¡Qué ganas!

Si todavía tienes dudas, El Nido es un lugar increíble, es sinónimo de paraíso. Así que si puedes, visítalo. Y si no puedes, tendrás un súper motivo para volver a Filipinas. Si lo que quieres es una guía de qué ver en El Nido, pincha aquí y te cuento la información útil.

Un desastre de viaje

No siempre sale todo bien, y menos en Filipinas, para qué voy a engañarte. Esta vez hubo muchos problemas con nuestro vuelo Manila Puerto Princesa. ¡Incluso llantos! A los retrasos yo ya estaba acostumbrado porque ha sido la tónica general con Cebu Pacific y Air Asia. En Filipinas hay mucho tráfico y el aeropuerto de Manila no podía ser menos. Esta vez despegamos con retraso en Manila e intentamos aterrizar en Puerto Princesa. Sí, dos veces casi tocando tierra y vuelta para arriba. Y al final, volvimos a Manila. ¡Mala suerte! Eso sí, Cebu Pacific nos dio billetes para volar la mañana siguiente y un hotel al lado del aeropuerto de Manila. Así es un viaje, con sus subidas y sus baches, pero si algo enseña Filipinas es a sonreír ante todo.

El Nido enamora

Después de la noche cortesía de Cebu Pacific, menos mal que ya llegamos a El Nido, donde realmente viví mi mejor noche en Filipinas. Soy fan de El Nido, como casi todos. Da igual que haya más gente que lo ‘habitual’ en otras zonas de Filipinas. El Nido es impresionante. No me importa el largo periplo hasta llegar, ni que la playa de la ciudad esté sucia. Tu paso por El Nido no te dejará indiferente.

Eso parece que les ha pasado a los muchos extranjeros, principalmente franceses, que han abierto un restaurante en El Nido. No falta la buena comida, algo cara para un presupuesto mochilero. Así cuando anochece se concentran muchos turistas en sus calles. Es la faceta urbana que tiene este paraíso. Y un peligro en cuanto a posibles problemas estomacales. Pleno al 15 entre los cuatro amigos que viajábamos…

Pero la gran parte de un viaje a El Nido transcurre de día. De la mano de uno de los deportes nacionales, el island hopping. Los tours en El Nido son flipantes. Las bangkas de las excursiones visitan lugares, uno tras otro, llenos de magia, bellos y memorables. Nunca me cansaría de surcar esos mares, de aterrizar en esas arenas ni de saludar a esos peces. Por eso había esperado meses antes de visitar El Nido.

He de reconocer que en uno de estos tours pasamos un poquito de miedo (bueno, más ellos que yo, jaja). Lo cual a mí me encanta, adrenalina de la buena. Saltar desde un  barco en medio del mar, nadar hacia un agujero en medio de una formación rocosa y atravesarlo no fue del todo fácil. Yo lo disfruté como un enano, a pesar de que las olas chocaban con fuerza contra esa puerta natural en las rocas. Allí estaban los locales ayudándonos a pasar al otro lado. ¿Y qué había allí? Pues uno de esos lugares impresionantes que esconde El Nido. ¡Épico!

¡Y magia!

La cancelación del vuelo el primer día redujo nuestro itinerario, aunque no su punto fuerte. Como yo quería que mis amigos tardaran en olvidar Filipinas, entre tour A y tour C decidimos dormir en una playa virgen. Varias compañías ofrecen esta posibilidad, aunque está algo controlado para que no se masifique. Y sí, ésta fue la gran noche, con mis amigos y con El Nido. Compartimos momentos con otros viajeros en una fiesta nocturna en una playa desierta cercana al pueblo. Allí había un chico español que había decidido pasar en su hamaca sus vacaciones del año nuevo chino. Aparte del ron y de la fiesta en la playa, antes de caer rendido en la tienda de campaña hubo más regalos.

El primero fue el cielo. El más flipante que he visto nunca ¡repleto de estrellas! Y el segundo, la luminiscencia del plancton en el agua. Cuando mis ojos no sabían si creer al ron o a qué, llegó esa sensación mágica de crear luz tocando el agua. Vamos, que no me olvidaré nunca y espero que tú tampoco si visitas este lugar. Escribiría más impresiones sobre este gran viaje a El Nido, pero mejor no hacer ningún spoiler.

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4 respuestas a «El Nido y mi noche más mágica en Filipinas»

  1. Maria dice:

    Hola, al leer tu blog me ha gustado mucho la idea de hacer noche en una playa virgen. Voy a ir en temporada alta o muy alta, vosotros como lo contratasteis? os lo ofrecieron al buscar los tours? y una cosa más, el precio, para ir cuadrando nuestro presupuesto.

    1. Hola María, gracias por leer el blog. Hacer noche en una playa virgen y unir los tours A y C fue muy especial. En nuestro caso lo contratamos in situ con una agencia en el pueblo de El Nido. El precio rondó los 3000php por persona (unos 60 euros). No recuerdo bien el nombre de la agencia, estaba en una de la calles principales del pueblo. Estos tours no siempre están disponibles, así que te recomiendo que una vez allí os acerquéis a las agencias a preguntar. Saludos!

  2. Natalia dice:

    Yo quieto dormir en esa islita. Te dan carpa???

    1. Tienda de campaña! 😉

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